Alucard camino por las
oscuras calles iluminadas con los faroles estaba algo molesto pues Mircea lo
había obligado a viajar de día, El Niño le había rogado a su padre que lo
llevara a dar una vuelta en aquel hermoso lugar, después vio la gran puerta de
la fortaleza de Targomures donde había encontrado a su hijo años atrás. Entro
seguido de un admirado Mireca.
--¿Padre porque estamos
aquí?
La pregunta inquieto un
poco a Alucard quien son río levemente.
--Buscamos información
hijo, quiero que te portes bien y me sigas y no quiero que por el momento me
hagas más preguntas hasta que volvamos a la posada entendido.
--Si, padre.
El Niño se aferró a la
gabardina de su padre y ambos caminaron en silencio por los alrededores, Alucard
entro a las habitaciones hasta que llego a una que había sido ocupada con
anterioridad, supuso que era el cuartel de Ilona y su hermano.
Le pidió a su hijo se
sentara en una silla y no se moviera de ese lugar. Hurgo en la mesa que había
hay vio anotaciones alquímicas, y vio como había nacido su hijo guardo todo
esos papeles y se los llevo con él. Después reviso la cámara secreta presionado
un bloque que había en el piso, Mircea se quedó maravillado cuando la pared se
movió. Alucard le hiso la seña de que esperara
Entonces encontró lo
que necesitaba. Vio el nombre de la madre de Mircea escrito en una carta muy
vieja dirigida desde Bucarest por lo que decido ir a la dirección de aquel
lugar.
Averiguo en los libros
donde estaba, e hiso su equivalencia moderna pues tal vez ya no encontraría mucha
información. Cuando estaba a punto de irse vio una caja similar a la que le
había regalado a Mircea, pues estaba adornada de la misma forma.
Abrió la caja y vio un
sinfín de papeles con anotaciones y una caligrafía idéntica a la suya. Si su
corazón hubiese podido palpitar habría sentido que se le salía.